Buenas, y sean bienvenidos nuevamente al berrinche teórico mensual. Hoy le toca a valores -específicamente, a cierta utilización del concepto de valores en ACT.
El problema
Hay una tendencia que periódicamente aparece en la vulgata de ACT, tendencia que consiste en hablar de Valores, en tanto concepto de ACT, presentándolos con una lista más o menos extensa de valores ready-made (“honestidad”, “familia”, “trabajo”, suelen ser los sospechosos usuales). Esto, por supuesto, no es nada reprochable en sí, es algo que usualmente se hace para proveer algunos ejemplos e ilustrar el concepto al mencionar el tema por primera vez. El problema es confundir esa lista con lo que valores realmente es para ACT, y especialmente empezar a deslizar la cosa hacia una suerte de sistema moral, de valores de aplicación universal, como si lo que hiciera ACT fuera persuadir a las personas a que adhieran a ellos -ACT para portarse bien.
El carozo de la aceituna
Por mi parte, creo que esto pasa porque “Valores” es un término de nivel medio que no ha sido la mejor elección posible para la terminología de ACT (si no saben lo que es un término de nivel medio, aquí tienen un artículo completo al respecto). Es inevitable que un término de nivel medio sea un tanto impreciso, pero en este caso, las dificultades parecen extenderse a varios idiomas y culturas: hace un tiempo en la lista de correos de ACT, alguien se quejó de que el término “valores” en sueco resultaba demasiado rígido y con connotaciones morales, alguien respondió que le pasaba lo mismo con el término en danés, otra persona escribió que tenía el mismo problema en inglés, y una última persona agregó que le pasaba lo mismo en francés. Quizá se debería haber elegido otra palabra para nombrar este proceso.
Es por eso que con frecuencia se reemplaza el término “valores”, hablando en cambio de “lo que es importante”, o de “direcciones vitales” o expresiones similares que permitan evitar las connotaciones morales del término. Una dificultad adicional con la que lidiamos es que mientras que en inglés suelen prevalecer las formas verbales, que están más vinculadas con la acción, en castellano predominan los sustantivos: “parenting” se suele convertir en “paternidad”, y en ese pasaje se pierde la cualidad activa del término.
A esta altura, y luego de ver problemas similares en la disciplina (véase por ejemplo lo que ha pasado con el término “castigo”, del análisis de la conducta), creo que habría que prohibir a los conductistas ponerle nombre a las cosas.
De qué hablamos al hablar de valores
Vamos a escribirlo claramente para no dejar lugar a dudas: ACT no es un sistema moral. Valores no tiene un cuerno que ver con la moral o con un set de valores predefinidos. “Familia” no es un valor, “honestidad” no es un valor, “ser bueno” no es un valor. Podemos usar palabras así para ilustrar o clarificar la idea, pero decir que son valores es absurdo.
Distinguir entre valores y metas es fácil, pero esa distinción no abarca la totalidad del concepto. No quisiera molestar demasiado aquí con la definición técnica de valores (abran cualquier libro de ACT para ello), pero sí quisiera mencionar que cuando trabajamos con valores estamos ayudando a formular verbalmente direcciones vitales compuestas por:
- Direcciones generales: objetivos no atados a un resultado en particular, como por ejemplo aprender, crecer, conectar, etc.
- Cualidades de acción: se refieren a formas de actuar (por ejemplo, con calidez, amablemente, críticamente, etc.)
Se busca que esas direcciones generales y cualidades operen como regulación verbal de la conducta, por lo cual no tiene sentido postular que a priori algo como “honestidad” es un valor. Es tan absurdo como decir que el whisky es un reforzador: seguro, en ciertas situaciones puede funcionar como refuerzo, pero intenten reforzar a un niño de 6 años con whisky y probablemente se los tire por la cabeza, el muy ingrato. Es por eso que una palabra suele acompañar al concepto en ACT: se suele hablar de valores “deseados” o “elegidos”, porque lo que estamos buscando es algo que tenga valor de refuerzo para ciertas acciones. Si una dirección general o cualidad propuesta no es elegida aún no es un valor. Tampoco consideramos como valores a enunciados tales como “ser un buen amigo”. Bueno, malo, y términos similares son evaluaciones, no describen cualidades ni metas generales.
De la misma manera, “familia”, “trabajo”, “amigos”, no son valores, sino que son ámbitos o áreas vitales. Son muy útiles para indagar metas generales y cualidades de las acciones que en ellos suceden, pero no son valores en sí, de la misma manera que un tarro de galletitas contiene galletitas pero no es las galletitas (sí, lo sé, estoy cada vez más zen, o tengo hambre). Supongamos que queremos trabajar un ámbito con un paciente, digamos, “amistad”. Lo que podemos indagar es cuáles son las direcciones generales y las cualidades de acción deseadas en ese ámbito. Clínicamente, esto podría ser algo así (pueden probar hacerlo si quieren):
Recordá la última vez que pasaste un rato significativo con tus amigos, una situación que sientas que representa un momento de amistad. Ahora llevate mentalmente a esa situación y toma unos momentos para conectarte experiencialmente con ella; ¿qué cualidades estás poniendo en juego ahí? ¿qué hay en ese momento que lo vuelve significativo, aquello que lo convierte en algo valioso?
Serán las direcciones generales y cualidades de la acción que surjan de un ejercicio o conversación así lo que vamos a considerar como valores, no el ámbito en sí.
Cerrando
Cerremos el artículo con una súplica: no hagan de ACT un ejercicio evaluativo ni uno de prescripción moral. La idea de valores es trabajar sobre qué querrías que fuera tu vida, no sobre qué tendría que ser tu vida (porque es lo que está bien). Buen comienzo de semana, nos leemos la próxima, y recuerden que tienen la sección de comentarios aquí al pie para dejar improperios, exabruptos, y amenazas.
8 comentarios
Fabian, gracias por tus artículos, espero que sigan con estos berrinches teóricos. Excelente y sutil humor junto con una actualizada, fundada e inteligente exposición en todos tus artículos.
Gracias por el intento de aclarar estas diferencias entre moral y valor . Aun asi, no quedo claro. Propongo que una buena forma de debatir el tema seria por medio de ejemplos, para ver si entiendo el tema.
Hayes escribió que en el trabajo con un alcohólico, el ponerse en pedo todos los días podría estar al servicio de sus valores. Claro que no ejemplifico y yo que no soy una luz, quede mas confundido.
Presento unos casos hipotéticos para que puedas decirme si comprendí:
Un padre decide estafar a instituciones bancarias y empresas de seguros (no es un psicópata), luego de trabajar mucho tiempo sin poder ahorrar por el alto costo de la vida en su país.
Su propósito: financiar la compra de un departamento para su hija, que se casara con alguien de escasos recursos económicos. Le gustaría ser recordado como un padre que se arriesgo valientemente para ayudar a sus hijos. Que no acepto pasivamente su destino.
Una joven mujer casada con hijos pequeños, que le encanta disfrutar de relaciones sexuales extra-matrimoniales, la domesticidad de sus relaciones sexuales con su marido, no le satisface. y aun mas: le encanta cambiar de compañeros de cuando en cuando. Su marido, si supiera, le pediría el divorcio. Ella, por otra parte, quiere seguir casada, evitando lastimar los sentimientos de su marido y brindando a sus hijos un hogar típico. Prefiere que en su velorio nadie sepa de sus apasionadas e interesantes aventuras para no avergonzar a su marido e hijos. Antes de su muerte le gustaría abrazar a estos e irse tranquila sabiendo que no ha sido descubierta.
Edy Gajer
Gracias por el comentario!
No voy a entrar en los ejemplos, pero si lo que no quedó claro es la diferencia entre moral y valores (según se entienden en ACT), una forma más resumida de decirlo sería esta: moral (tal como lo he estado usando en el artículo), se refiere a normas de conducta reforzadas socialmente, mientras que valores se refiere a cualidades elegidas de la acción. Una es una imposición externa, la otra es una elección (los conceptos de heteronomía y autonomía podrían aplicarse con cierto interés aquí).
Saludos!
“habría que prohibir a los conductistas ponerle nombre a las cosas” Jajaja, totalmente de acuerdo. Siempre ocupo como 30 minutos tratando de explicar qué es eso de refuerzos y castigos, positivos y negativos, ya que el 90% de las personas asumen que positivo/negativo es bueno/malo. Una vez un ingeniero, muy acertadamente dijo “quizás deberían llamarse aditivos y sustractivos, en vez de positivos y negativos”
Respecto al tema del post, la diferencia entre valores y moral, me ha quedado más claro después de haber leído el artículo y los comentarios, así que esperaré con ansias el próximo berrinche teórico 🙂
Sí, o reforzadores y debilitadores (sería lógico que fueran antónimos si el efecto es el opuesto). El mismo tipo de malentendido pasó con lo de conductismo “radical”, de paso. Gracias por el comentario!
muy bueno el artículo Fabián, yo leí algunos libros de ACT y no encontré una diferenciación como la que vos hacés aquí, claro que de los textos se deduce que no tienen el mismo sentido los valores en act que lo que comunmente entendemos como valores en la comunidad socioverbal que nos incluye. gracias por apuntalar con tus artículos interesantes y calificados el aprendizaje que hacemos a solas con los libros! Saludos
Gracias por el comentario!
Habitualmente esta distinción se abarca en las recomendaciones de evitar pliance al trabajar con valores, y se da por zanjada la cuestión; creo que en tanto se difunden más fácilmente los términos de nivel medio estos deslizamientos son inevitables, por eso cada tanto escorcho con volver a los términos básicos y un poco más precisos. Saludos!!
Muy bueno, Fabián, me aclaró conceptos.
Me alegro!