Tal vez sí, tal vez no

Todos en el pueblo buscaban el consejo de este hombre viejo y sabio. Un día de verano, un granjero acudió a él en estado de pánico y dijo: “No sé qué hacer. Mi burro ha muerto y ahora no puedo arar mis campos. Es la peor cosa que me podría haber pasado”. El sabio lo miró y dijo: “Tal vez sí, tal vez no”. Desconfiado, el granjero retornó a su casa y le contó a su familia cómo ese sabio no era un sabio en absoluto y que más bien estaba loco, porque con seguridad la muerte del burro era lo peor que podría haber sucedido.

A la mañana siguiente, el granjero fue a caminar para pensar cómo resolver el problema de arar sin su burro y en la distancia vió un joven y fuerte caballo pastoreando en el campo. Inmediatamente pensó que si lograba atrapar al caballo sus problemas se acabarían. Después de varios intentos tuvo éxito y días más tarde se dio cuenta cuán bendecido había sido ya que arar ahora era mucho más fácil que antes.

Esto le recordó al sabio y cuando tuvo la oportunidad volvió para decirle: “Por favor acepte mis disculpas. Usted estaba en lo cierto. Si no hubiera perdido a mi burro no hubiera salido a caminar y nunca hubiera encontrado al caballo. Usted estará de acuerdo en que haber atrapado al caballo es lo mejor que me podría haber pasado”. El viejo sabio lo miró y dijo: “tal vez sí, tal vez no”. “¿Me está cargando?” dijo el granjero enojado y se fue pensando que el viejo estaba loco y que nunca volvería a verlo de nuevo.

Unos días más tarde, el hijo del granjero estaba cabalgando con el joven caballo y se cayó. Se rompió una pierna y ya no pudo ayudar en la granja. “Esto es lo peor que me podría haber pasado ¿cómo voy a afrontar esto?”, pensó el granjero. Dándose cuenta de que el sabio había hablado con sabiduría en el pasado, volvió a verlo y le contó lo que había sucedido: “usted debe poder ver el futuro, ¿cómo sabía que esto pasaría? No se cómo vamos a hacer ahora con todo el trabajo de la granja… esta vez va a tener que admitir que esto sí es lo peor que podría haber pasado”. Una vez más, de forma calmada y amorosa, el sabio lo miró y dijo: “tal vez sí, tal vez no”. El granjero estaba furioso.

Al día siguiente, las tropas llegaron al pueblo para reclutar a todos los jóvenes sanos para pelear en la guerra. Debido a su pierna rota, el hijo del granjero fue el único joven que no fue convocado y, de esta manera, se ahorró una muerte casi segura.

 

Esta vez, en lugar de darles el asunto ya resuelto, les proponemos algunas preguntas: ¿puede esta historia ser útil en la clínica para proponer el trabajo sobre algún proceso de ACT? ¿De qué proceso/s se trataría? ¿Frente a qué obstáculo a la flexibilidad psicológica podría ser útil compartir esta historia?

 

Relato extraído del libro “A Mindfulness-Based Stress Reduction Workbook” de Stahl y Goldstein

(gracias Angel Gargiulo por compartirnos el cuento)

2 comentarios

  1. Tal vez (cuac) sirva para generar flexibilidad, sin duda. Detenerse, mirar la mente que generalmente te tira el mismo pensamiento (defusión). Procesos de cambios y estar abierto a las oportunidades del momento. Gracias por las compartirlo y por las preguntas!

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