(Una pequeña aclaración: creo que nunca lo explicitamos antes, pero utilizamos la categoría “Citas Ilustradas” del blog para compartir pequeños fragmentos de cosas que hemos leído, describiendo por qué nos parecen importante. Pueden ver todas las Citas haciendo click en la categoría correspondiente al inicio del blog)
Probablemente estén al tanto de que ACT se basa en un abordaje denominado “modelo de flexibilidad psicológica”, que es al mismo tiempo un modelo para entender la salud psicológica, la psicopatología, y las intervenciones psicológicas.
No está de mal, para empezar el fin de semana, recordar de qué se trata el modelo de flexibilidad psicológica, y para ello, nada mejor que traer este fragmento del libro Acceptance and Commitment Therapy, de Hayes, Strosahl, y Wilson (la segunda edición):
El modelo de flexibilidad psicológica mantiene que el dolor es una consecuencia natural del vivir pero que las personas sufren innecesariamente cuando su nivel general de rigidez psicológica les impide adaptarse a los contextos internos o externos.
El sufrimiento innecesario se produce cuando los procesos verbales/cognitivos tienden a estrechar el repertorio humano en áreas clave mediante el enredo cognitivo y la evitación experiencial. Cuando las personas se sobre-identifican, o “fusionan”, con reglas verbales inviables, su repertorio conductual se vuelve más estrecho y pierden contacto efectivo con los resultados directos de la acción.
Estas respuestas inhiben su capacidad de cambiar de curso cuando las estrategias que se aplican no dan resultado. También provoca que las personas sean más persistentes tratando de analizar y entender sus dificultades.Tener “razón” sobre lo que va mal puede llegar a tener mayor importancia que vivir de una manera vital y efectiva.
Cuando las personas se involucran en evitación experiencial su comportamiento queda bajo control aversivo; es decir, están intentando principalmente evitar, suprimir o escapar de pensamientos, sentimientos, recuerdos o sensaciones físicas. La evitación genera más restricción conductual y una progresiva pérdida de contacto con las consecuencias positivas de las respuestas.
Un circuito de evitación puede volverse dominante cuando la necesidad de mantener la evitación aumenta a medida que el “daño colateral” se asienta (p. e., rechazando relaciones, frustrando esperanzas y sueños, etc.) (p.64)
Nos leemos la próxima!