El impacto de ACT luego de 5 años: reseñando una investigación

Una pregunta importante en las investigaciones de eficacia de un modelo es qué tanto se sostiene una intervención a lo largo del tiempo. Nos interesa saber si una intervención tiene efecto sólo mientras se realiza o si algo de ella perdura luego, y esta pregunta surge con frecuencia particularmente en ámbitos en donde se suele escorchar con el regreso de los síntomas (una idea bastante tosca en sí misma, pero no me voy a meter con eso ahora, ya lo hemos reseñado aquí).

La investigación que hoy reseñamos  ya ha sido aceptada en el Journal of Contextual Behavioral Science pero aún no se ha publicado (Kohtala, Muotka, & Lappalainen, 2017), se trata de un seguimiento luego de 5 años de una intervención de 4 sesiones de ACT que se publicó en 2013 (Kohtala, Lappalainen, Savonen, Timo, & Tolvanen, 2013)

La investigación de 2013

La investigación original fue un típico diseño pre-post, en donde se separa a los participantes en un grupo de intervención y un grupo de control, se administran las herramientas antes de la intervención, después de la intervención, y luego de 6 meses, para observar su variación en ambos grupos en esos tres momentos.

La investigación se realizó en Finlandia, e incluyó a 57 participantes que fueron asignados aleatoriamente a un grupo de intervención o un grupo de lista de espera (es decir, no recibieron tratamiento al administrar los cuestionarios, aunque sí luego de 5 semanas). En total 28 personas fueron asignadas al tratamiento y  29 a lista de espera.

No era requisito tener un diagnóstico específico para la investigación sino síntomas del estado de ánimo, pero todos los participantes tenían síntomas depresivos moderados o severos. Se utilizaron varias herramientas autoadministradas para la evaluación: el Inventario de Depresión de Beck (IDB), el SCL-90, SASS (Social Adaptation Self-Evaluation Scale, mide funcionamiento social y afrontamiento cotidiano). Además en cada sesión se administró el AAQ-II y se utilizaron tres escalas visuales de 0-100 para un reporte rápido del estado de ánimo, confianza y satisfacción vital.

La intervención fue de ACT, y abarcó solo cuatro sesiones. Los terapeutas (20) tenían poca experiencia, eran aún estudiantes realizando su formación clínica en la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia (no pienso volver a escribir esa palabra), con una edad promedio de 26 años. Ninguno de los terapeutas tenía experiencia como psicoterapeuta. Los terapeutas recibieron solo 14 horas de entrenamiento en ACT y para la intervención utilizaron un manual y recibieron supervisiones semanales. En total, fueron 23 horas de contacto con ACT, entre entrenamiento y supervisión. Además, los terapeutas recibieron estos lineamientos generales: trabajar cooperativamente con los pacientes para hallar cómo podrían impactar sus vidas con acciones basadas en valores (esto es, “activar” entre sesiones), y trabajar con barreras emocionales y verbales que podrían surgir al actuar hacia una vida que valga la pena. En sí, los componentes de la intervención ACT fueron bastante típicos (metáforas, ejercicios, etc.), no es un manual muy distinto de lo que conocemos y usamos habitualmente.

Resultados

Los resultados de la intervención, medidos en la comparación de antes y después del tratamiento, fueron muy buenos. Por ejemplo, el grupo ACT pasó de una media de 23.93 a una media de 12.57 en el IDB, y de 1.36 a 0.73 en el SCL-90 (el Índice de Severidad Global del SCL-90), mientras que el grupo de control pasó de 22.03 a 21.21 en el IDB y de 1.05 a .93 en el SCL-90 en el mismo tiempo.

Pueden ver el resto de los resultados pre y post en esta imagen. Measurement es la herramienta usada; en la columna de la izquierda están los datos para la intervención ACT (pre son los promedios para cada herramienta antes de la intervención, post son los promedios luego de la intervención); en la columna de la derecha están los datos para la lista de espera (WLC).

Y en esta imagen están los datos con el seguimiento (follow-up) a seis meses para la intervención ACT. Dado que el grupo de espera recibió la intervención luego de 5 semanas el seguimiento los incluye también, es decir, abarca a los 57 participantes.

En resumen: una intervención ACT de 4 sesiones administrada por terapeutas inexpertos ocasionó una reducción del 47% en síntomas depresivos (IDB), y estas mejorías se sostuvieron o aumentaron en el seguimiento a 6 meses.

Esta es, en resumen, la investigación que se publicó en 2013. Ahora bien, ¿cómo continúa esta historia? La respuesta, en el próximo episodio.

Cinco años más tarde…

Los autores contactaron a los participantes cinco años después de la investigación de 2013. Como suele pasar en las reuniones de ex alumnos de la secundaria, algunos se cayeron del mapa. En total, los investigadores pudieron contactar con 35 de los 57 participantes originales, a los cuales les volvieron a administrar las evaluaciones y además realizaron una entrevista cuando fue posible (y sí, les pagaron por participar).

Las evaluaciones que se les administraron a 5 años fueron ligeras variaciones de las originales: se utilizó el IDB-2 (en lugar del IDB original), SCL-90, SASS, las tres escalas visuales, el AAQ-2, y añadió el Kentucky Inventory of Mindfulness Skills (KIMS), una escala que mide habilidades de mindfulness.

La entrevista fueron 10 preguntas abiertas como por ejemplo “¿Algo se ha quedado contigo de la intervención?” o “¿Cómo ha cambiado tu bienestar desde que terminó la intervención hace cinco años?”, además de indagar si habían recibido algún tratamiento extra durante ese tiempo.

De estas evaluaciones, surgió que la mayoría de los participantes había sostenido o experimentado mejorías en su estado de ánimo durante esos cinco años. Solo un pequeño porcentaje empeoró (11%).

Un 60% de ellos atribuyeron esos cambios a la intervención ACT, con respuestas tales como “He sido capaz de influenciar mi propio bienestar: no me atasco con mis sentimientos, los veo como cosas separadas”. También un 60% reportaron seguir utilizando las herramientas de ACT luego de la intervención.

En la siguiente imagen pueden ver la evolución de las herramientas administradas en los cuatro momentos: antes de la intervención (pre); inmediatamente después de la intervención (post); el seguimiento a 6 meses (6-month follow-up), y el seguimiento a 5 años (5-year follow-up).

Lo que se muestra para cada herramienta es la puntuación promedio (con la desviación estándar -SD- entre paréntesis) y el intervalo de confianza (CI) debajo:

Cerrando

Quisimos reseñar esta investigación porque es poco habitual ver seguimientos a tan largo plazo. Por motivos de fondos o de diseño, las investigaciones suelen hacer seguimientos de 6 meses en la mayoría de los casos, y con menor frecuencia seguimientos a 12 o 24 meses.

Esta investigación señala no sólo que el impacto de ACT ha sido duradero a pesar de tratarse de una intervención de tan solo 4 sesiones a manos de terapeutas inexpertos, sino que en su mayoría los pacientes atribuyen sus mejorías a la intervención, y reportan un uso continuado de las ideas que se trabajaron durante el tratamiento.

Como todas las investigaciones, tiene sus limitaciones (la mayor de las cuales es que la muestra es relativamente pequeña), pero es alentador pensar que incluso si no somos expertos en ACT, incluso si tenemos poco tiempo para trabajar con un paciente, podemos tener un impacto positivo que se sostenga por años en la vida de una persona.

Nos leemos la próxima!

Referencias

Kohtala, A., Lappalainen, R., Savonen, L., Timo, E., & Tolvanen, A. (2013). A Four-Session Acceptance and Commitment Therapy Based Intervention for Depressive Symptoms Delivered by Masters Degree Level Psychology Students: A Preliminary Study. Behavioural and Cognitive Psychotherapy, (November 2013), 1–14. http://doi.org/10.1017/S1352465813000969

Kohtala, A., Muotka, J., & Lappalainen, R. (2017). What Happens after Five Years?: The Long-Term Effects of a Four-Session Acceptance and Commitment Therapy Delivered by Student Therapists for Depressive Symptoms. Journal of Contextual Behavioral Science. http://doi.org/10.1016/j.jcbs.2017.03.003

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