El espinel

04Figura1EsquemadeespinelEn los ríos de Santa Fe se suele usar un tipo de aparejo de pesca, el espinel. Básicamente consiste en una cuerda a la cual se unen, a intervalos regulares, líneas con anzuelos (brazoladas), de manera que un solo espinel puede tener, digamos, diez o más anzuelos.

En las islas del Paraná y afluentes, el espinel suele atarse a las ramas de un árbol próximo a la orilla, y se espera. El pescador deja el espinel atado al árbol y vuelve al día siguiente. Por supuesto, es infrecuente que todos los anzuelos resulten efectivos, y sólo algunos capturan un pez. Por eso se usan varios anzuelos: el número mejora las chances.

Algo parecido pasa en terapia. Cuando trabajamos con depresión desde activación conductual o con valores desde terapia de aceptación y compromiso, tratamos de alentar que se armen espineles de conducta, esto es, fomentar acciones y formas de actuar en distintas áreas vitales: ponemos una línea en el trabajo, una en la familia, otras en las amistades, y así. Técnicamente, decimos que proponemos acciones con refuerzo positivo en áreas variadas. Dicho menos técnicamente, abrimos el juego a la riqueza del mundo. El terapeuta no pesca por el paciente. Ayuda a armar los aparejos, ayuda a distinguir las áreas de pesca y las mejores maneras de pescar.

No podemos controlar la pesca del día; cuando el río sube el pique baja;el verano es más propicio para algunas especies y el invierno para otras. La pesca es una cosa de espera. No sirve de nada revisar a cada rato las líneas, ni confiar en un solo anzuelo puesto cerca del remanso. Lo único que puede controlar el pescador es armar sus líneas, y pacientemente revisarlas, repararlas, y esperar, porque el sustento no proviene de un solo anzuelo. Cuando un anzuelo no tiene pique, quizá alguno de los otros sí.

El espinel no garantiza la pesca, pero el pescador que no echa sus anzuelos al agua está perdido.

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