Cómo crear grupos que funcionen: la intervención PROSOCIAL

 

Hace un tiempo me encontré con un anuncio que me llamó la atención (cosa que no es muy difícil cuando uno es un poco disper— miren, un pajarito!). En concreto, lo que se anunciaba era que The Evolution Institute (EI) —una organización destinada a la diseminación e implementación de ciencia evolutiva— junto con la Associacion for Contextual Behavioral Science (ACBS) —una institución destinada a la diseminación e implementación de ciencia conductual— habían llevado a cabo un proyecto en conjunto, un “marco práctico para mejorar la eficacia de grupos”. Sonaba un poco a chino para mí, por lo cual me puse a investigar un poco. Permítanme que les cuente.

Los grupos y la tragedia de los comunes

Hay desarrollos en ciencia evolutiva que sugieren que la característica principal de los seres humanos, la que da origen al lenguaje y la cognición, el uso de herramientas y la cultura es la capacidad y la tendencia a la cooperación. Como habrán notado, la pertenencia a grupos es una parte importante de nuestras vidas —“grupos” entendido aquí como cualquier agrupación de personas con un fin común, puede tratarse de una familia, una comunidad, una nación, una banda de músicos, miembros de un equipo de trabajo; pueden ser dos personas, cincuenta o diez mil.

Ahora bien, no todos los grupos funcionan de manera eficaz. En particular, un problema que suele surgir en los grupos  es una versión de lo que Hardin (1968), ha denominado “la tragedia de los comunes”. Permítanme darles el ejemplo clásico de esto.

Imaginen una comunidad que comparte un área de pastoreo para sus vacas. El terreno sólo puede alimentar a un determinado número de vacas, pero cada granjero puede obtener un beneficio personal si agrega más vacas propias al terreno común. Ahora bien, si todos los granjeros hacen eso, entonces el bien común se arruina, y pierden todos.  Esta misma situación se puede repetir con variaciones en todo tipo de grupos, como podrán imaginarse (piensen en miembros de un comité que omiten su trabajo, equipos de trabajo en los cuales alguien obtiene ventajas económicas a expensas de los demás, músicos que faltan a los ensayos de una banda, etc.)

La solución postulada tradicionalmente es que se necesita una regulación superior o privatizar los bienes comunes para prevenir que esto suceda. Desde esta perspectiva, la única forma de prevenir la tragedia de los comunes es implementar un organismo de gobierno, externo al grupo, que regule el acceso a los bienes comunes, o bien que el bien común pertenezca a un tercero (privatización).

Ahora bien, Elinor Ostrom estudió los grupos o comunidades que administraban bienes comunes y propuso una solución diferente. Ostrom postuló que no era siempre necesaria una administración o control externo al grupo, ya que algunos grupos, cuando cumplían con algunas condiciones, podían administrar exitosamente los bienes comunes de manera sustentable (Cox, Arnold, & Villamayor, 2010). Postuló entonces en base a varias investigaciones una serie de principios, y este trabajo le valió un premio Nobel en economía en 2009 (fue la primera mujer en recibir el Nobel de economía, dicho sea de paso) (Baiardi, 2011).

Ahora bien, lo que hicieron los dos institutos mencionados fue reformular y adaptar esos principios de acuerdo a lo que mejor conocen: las teorías evolucionistas sobre la cooperación  y las teorías sobre la conducta humana (Wilson, Ostrom, & Cox, 2013). De esta cooperación surgió una serie de 8 principios centrales junto con una guía de aplicación, que puede utilizarse con a cualquier grupo con un fin común que tenga interés en mejorar su eficacia. Estos 8 principios centrales describen básicamente, cuál es la mejor manera de diseñar un grupo de forma tal que pueda lograr sus objetivos y mejorar la cooperación y el bienestar de sus miembros.

En la práctica la plataforma PROSOCIAL se aplica en dos o tres jornadas de trabajo con un grupo, guiadas por un par de coordinadores (aunque puede ser administrada por el propio grupo), con el fin aumentar la flexibilidad psicológica de sus miembros, evaluar la situación del grupo respecto a los principios centrales y resolver problemas para la aplicación de esos principios.

Además de la aplicación de principios de diseño de grupos, PROSOCIAL utiliza intervenciones de mindfulness y valores personales provenientes de Terapia de Aceptación y Compromiso para facilitar la discusión de los principios.

Dado que estaba curioso sobre las características distintivas de PROSOCIAL me puse en contacto con Paul Atkins, un colega y coordinador PROSOCIAL, y esto lo que dijo sobre la plataforma:

“Para mí hay dos grandes formas en las cuales (PROSOCIAL) difiere de otras formas de facilitación grupal que he utilizado en el pasado:

a) Muchos modelos parecen enfocarse O BIEN en la parte emotiva y simpática (de pertenecer a un grupo), o BIEN en la parte más dura, como la necesidad de monitorear y resolver conflictos. La evidencia sobre la conducta humana sobre la cual este modelo está construido muestra claramente que los humanos están respondiendo a sistemas, y que según el ambiente que creemos pueden suceder conductas positivas y gentiles o bien conductas individualistas y egoístas.

b) El uso de mindfulness y valores al inicio cambia completamente la dinámica de la conversación. Ya se que se esté usando la matrix, el modelo de punto de elección o alguna otra herramienta, la inclusión de Terapia de Aceptación y Compromiso profundiza todo de manera que incluso una conversación sobre monitoreo, por ejemplo, se convierte en “monitoreo al servicio de qué”.

Los principios centrales de PROSOCIAL

Los 8 principios tienen dos fines principales: coordinar y proteger al grupo. “Proteger al grupo” implica especialmente establecer algunos criterios de organización que reduzcan la probabilidad de que algunos miembros se aprovechen del grupo, y que influencias externas lo perjudiquen. Todos conocemos casos de grupos que se han desarmado o que han resultado ineficaces porque sólo colaboraban algunos de los miembros (piensen en los grupos para hacer un trabajo práctico en el colegio o la facultad, por ejemplo), o grupos en los cuales el esfuerzo de algunos miembros no les reportaba ningún beneficio o reconocimiento.

En cierto modo, la plataforma PROSOCIAL asume que si no se cumplen ciertas condiciones en el diseño de un grupo, las probabilidades de que un miembro se beneficie a expensas de los demás son altas, y esto lleva a una reducción de la cooperación y de los esfuerzos grupales (para poner un ejemplo práctico: ¿cuánta motivación sienten para pagar impuestos -lo que podríamos llamar una forma de participación en el grupo llamado “país”- cuando se enteran que un dirigente político está usando fondos públicos para fines propios?).

Algunos grupos adoptan buenas prácticas espontáneamente, o por una serie de ensayos y errores, o bien aprendiendo de otros grupos, y en esos casos la aplicación de los principios es automática o implícita. Pero en la mayoría de los casos, una revisión del grupo a la luz de estos principios puede mejorar en gran medida el funcionamiento de un grupo y el bienestar de sus miembros. Hay que mantener en mente que el cómo implementar los principios varía de grupo en grupo, los principios PROSOCIAL no son un recetario sino una guía.

Veamos a continuación un resumen de los principios centrales de PROSOCIAL. Si participan en un grupo cuyos miembros comparten una tarea o fin en común, quizá les interese considerar en qué medida están siendo aplicados los principios. Por supuesto, no todos los principios aplican en todos los casos, y en otros casos, se necesitan algunos principios adicionales; depende siempre de la características del grupo en cuestión (por eso se suele usar un coordinador para llevarlos a cabo).

Para dar un ejemplo práctico de la aplicación, supongamos que vamos a armar una banda de rock llamada Los Borbotones y veamos cómo se podrían aplicar cada uno de los principios en ese caso.

1. Identidad grupal y comprensión del propósito

El primer principio establece que es central que los miembros se perciban a sí mismos como parte de un grupo con un objetivo. Por un lado, esto involucra establecer claramente cuáles son los miembros y las fronteras o límites del grupo.

Por otro lado, clarificar y explicitar cuál es el propósito del grupo y generar actividades no directamente relacionadas con el objetivo del grupo (como juntarse a cenar una vez por semana), adoptar un nombre, emblema u otro tipo de símbolo que identifique a los miembros puede generar un fuerte sentido de pertenencia grupal. En este punto el modelo PROSOCIAL utiliza recursos de clarificación de valores provenientes de Terapia de Aceptación y Compromiso. Básicamente este principio responde a la pregunta “¿por qué estamos haciendo esto, al servicio de qué?”

Los Borbotones: este principio es de aplicación relativamente sencilla para nuestro grupo de rock. Además de lo musical, acordamos un nombre, una vestimenta y otros temas de estética, y en las primeras reuniones establecimos cuáles serían los miembros estables del grupo.

2. Distribución justa de los costos y beneficios

El segundo principio establece que el grupo debe establecer un mecanismo o acuerdo por el cual los beneficios percibidos por cada miembro sean proporcionales a la contribución que haya realizado al grupo. Cuanta más injusticia haya en el reparto de beneficios según costos, menos probable es que el grupo pueda funcionar fluida y cooperativamente.

Esto no necesariamente implica que todos los miembros deben recibir beneficios iguales, sino proporcionales al costo y esfuerzo que dedican. Es apropiado que, por ejemplo, los miembros que contribuyan más o que asuman mayores riesgos o responsabilidades perciban un beneficio proporcional.

La implementación de este principio puede variar para ajustarse a las características del grupo. Por ejemplo, algunas tareas pueden ser realizadas de manera rotativa por los miembros de manera que sean un esfuerzo compartido; o bien las finanzas del grupo pueden ser administradas por dos personas en lugar de una de manera de garantizar transparencia en el manejo.

Tampoco esto implica que “beneficios” se refiera exclusivamente a recompensas económicas o materiales. En ocasiones puede significar, por ejemplo, obtener reconocimiento social por las contribuciones.

Los Borbotones: aplicamos este principio en nuestro grupo estableciendo, entre otras cosas, que el compositor y arreglador de las canciones (es el tecladista, porque al resto no se nos cae una idea ni aunque nos pongan patas para arriba), perciba un porcentaje mayor de las ganancias por show o de las regalías. Además, quien proporciona el vehículo para llevar los instrumentos (el baterista en nuestro caso), recibe una compensación por el combustible y mantenimiento del vehículo si es necesario.

3. Proceso inclusivo y justo de toma de decisiones

Este principio enuncia que es central que el proceso de toma de decisiones en el grupo sea inclusivo. Si bien la manera ideal de lograr esto es que todas las decisiones se tomen por consenso, esto no es siempre posible.

En ciertas situaciones, un grupo puede delegar decisiones simples en un miembro confiable del grupo y que otros miembros revisen ese proceso, mientras que las decisiones más complejas sean tomadas por el grupo en conjunto.

Los Borbotones: decidimos grupalmente cuando se trata de temas importantes, como por ejemplo, con qué discográfica firmar para hacernos ricos, y las decisiones más pequeñas, como por ejemplo, armar la lista de canciones que vamos a tocar en un show, son tomadas por el tecladista y el bajista (mayormente para darle algo que hacer).

4. Monitoreo de conductas pactadas

Un dato interesante: un chequeo de rutina, que incluye revisar en voz alta items como “estamos operando al paciente correcto” y “estamos realizando una apendicectomía”(en lugar de, digamos, una lobotomía), reduce las muertes en quirófano a la mitad (y las complicaciones quirúrgicas en un 30%), según un informe de la OMS.

Establecer un procedimiento de monitoreo para los comportamientos relevantes para el grupo sirve a dos propósitos: coordinación de los esfuerzos (el checklist prequirúgico tiene principalmente esa función), y protección del grupo. Cuando no se protege al grupo por medio del monitoreo pueden pasar dos cosas: que algunos miembros se aprovechen injustamente de los recursos comunes, y que los miembros más cooperativos reduzcan su participación porque saben que pueden verse explotados.

Los Borbotones: armamos un calendario de ensayos y de fechas para tocar que está accesible para todos, y antes de tocar revisamos la lista de canciones grupalmente para asegurarnos de que vamos a tocar todos lo mismo, cosa que no siempre pasaba.

5. Sanciones graduales para conductas indeseadas

Este principio establece que debe existir un sistema de sanciones graduales para las conductas nocivas para el grupo.

Hace algunos participaba en reuniones de supervisión de terapeutas, en las cuales si un miembro llegaba con algunos minutos de retraso de la hora de inicio tenía que someterse a un análisis conductual de su tardanza (si no están familiarizados, es un proceso algo tedioso de análisis de causas y soluciones). Si las tardanzas eran excesivas y reiteradas, ese miembro recibía una reprimenda, y en caso de tardanzas repetidas y excesivas, era posible que fuera expulsado. A eso se refiere el principio de “sanciones graduales”.

Algunos grupos no tienen sanciones graduales: tan solo toleran conductas nocivas hasta que se expulsa al miembro responsable o bien se disuelve el grupo. Otros grupos tienen sanciones graduales pero no las aplican, o bien las aplican sólo a algunas miembros. Acordar grupalmente cuáles son las conductas nocivas para el grupo y qué consecuencias tendrá es una buena idea; de esa forma todos los miembros pueden saber y acordar qué acciones son indeseables para el grupo y se reducen las chances de que una sanción sea percibida como injusta.

Los Borbotones: acordamos que quien llegue tarde a los ensayos tiene que acomodar la sala cuando nos vayamos. Quien llega tarde dos veces seguidas, tiene que traer comida para todos la próxima vez. Con ese sistema, el guitarrista nos estuvo alimentando durante un mes.

6. Resolución rápida y justa de conflictos

Generalmente cuando armamos un grupo no consideramos la posibilidad de conflictos y de cómo resolverlos. Los roces aparecen después de un tiempo, y con frecuencia hay que resolver conflictos sobre la marcha, en el calor del momento. Por esto, el principio 6 sugiere que establecer de antemano una forma de resolución de conflictos puede ayudar a que los mismos se resuelvan de manera rápida y de la forma más armónica posible.

Una estrategia frecuente suele ser delegar la resolución de conflictos en los miembros del grupo de mayor experiencia —por ejemplo, varias sociedades a lo largo de la historia han recurrido a un consejo de ancianos para arbitrar disputas.

Los Borbotones: acordamos que en caso de disputas sobre decisiones a tomar se decida por votación. Cuando esto no sea posible por la naturaleza de la disputa, es nuestro Manager el que oficiará de árbitro.

7. Autoridad para autogobernarse

Este principio no se refiere tanto al diseño interno del grupo, sino más bien a las relaciones del grupo con el resto de la sociedad. Para funcionar exitosamente, un grupo debe adquirir la capacidad de tomar sus propias decisiones dentro del marco de la sociedad en la que se encuentra.

Este principio establece que, además de resolver las cuestiones internas al grupo, el mismo debe enfocarse en los asuntos externos que limiten o mejoren la capacidad de autogobierno. En ocasiones, esto puede incluir, por ejemplo, organizarse para peticionar a las autoridades locales o a los niveles jerárquicos de una empresa.

Los Borbotones: prohibimos que la novia del tecladista viniera a los ensayos. Seguía insistiendo que en la mitad de una balada hubiera un solo de licuadora eléctrica.

8. Relaciones apropiadas con otros grupos

Frecuentemente es necesario interactuar con otros grupos para lograr algunos objetivos. En estos casos, los fines de protección y cooperación aplican no sólo al grupo inicial, sino a las relaciones con otros grupos. Cuando dos o más grupos colaboran para conseguir un fin común, los mismos principios que hemos revisado hasta ahora aplican a las relaciones entre los grupos.

Los Borbotones: con otros grupos de música nos organizamos para pedir que los dueños de locales en que tocamos dejen de alimentarnos exclusivamente en base a pizza de muzzarella.

Cerrando

Los principios no son una panacea ni una garantía, sino tan solo una mejor forma de proteger y coordinar grupos. Algunos grupos requerirán principios auxiliares además de los 8 principios centrales que listamos. Cabe señalar que los principios se pueden aplicar a múltiples niveles: funcionan tanto para nuestra hipotética banda de rock como para una comunidad o un país, variando las formas de implementación en cada caso.

Lo que me ha resultado fascinante desde el inicio sobre PROSOCIAL es que se trata de la aplicación de principios con fuerte respaldo empírico, provenientes de áreas disímiles pero compatibles (economía, sociología, ciencia evolutiva, ciencia conductual), y, cosa rara en estos casos, ha resultado en una aplicación tremendamente práctica.

¿Como evolucionará la plataforma PROSOCIAL? Es difícil de decir, pero tiene perspectivas más que interesantes. Le preguntamos a Kevin Polk, uno de los desarrolladores de la plataforma y coordinador de grupos, cuáles creía él que eran los puntos débiles del modelo. Su respuesta fue interesante:

“No sé si hay una debilidad en el modelo. Un problema que tiene ProSocial es que se trata de un modelo de colaboración/cooperación, mientras que la mayoría del mundo occidental trabaja desde un modelo de obediencia. Ese cambio de exigir obediencia a fomentar cooperación es difícil para muchos maestros y managers. Puede ser difícil incluso para grupos comunitarios”

Si están interesados en aprender un poco más sobre la plataforma, pueden visitar el sitio de PROSOCIAL haciendo click aquí (en inglés).

También pueden hacer el curso de introducción a Prosocial que tenemos disponible aquí mismo, es una clase breve en la cual delineamos la historia de prosocial y de los principios de diseño.

Pueden ver el curso haciendo click aquí.

También, como si fuera poca injuria al mundo, hemos publicado un librito muy pequeño, dedicado a comentar los principios de Prosocial para músicxs:

Pueden ver los datos del libro haciendo click aquí.

Nos leemos la próxima!

Referencias

Baiardi, A. (2011). Elinor Ostrom, the awarding of an unified vision of human sciences . ELinor Ostrom, a Premiação Da Visão Unificada Das Ciências Humanas, 24, 203–216. Retrieved from

Cox, M., Arnold, G., & Villamayor, S. (2010). A Review of Design Principles for Community-based Natural Resource Management. Ecology and Society, 15(4), 28. doi:38

Hardin, G. (1968). The tragedy of the commons. Science (New York, N.Y.), 162, 1243–8. doi:10.1126/science.162.3859.1243

Wilson, D. S., Ostrom, E., & Cox, M. E. (2013). Generalizing the core design principles for the efficacy of groups. Journal of Economic Behavior and Organization, 90, S21–S32. doi:10.1016/j.jebo.2012.12.010

Publicado inicialmente en Psyciencia

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