Hace unos días se publicó en la revista New Scientist un artículo sobre RFT y fue acogido cálidamente por la gente de la ACBS. New Scientist es una publicación seria pero de amplio alcance, lo cual da la posibilidad de que RFT sea oída fuera del mundillo, relativamente pequeño, de la ACBS. Por mi parte, creo que la publicación del artículo puede ser un buen pie para que RFT sea considerada por la comunidad científica en general, y en particular por lingüistas y psicólogos de otras tradiciones.
Steven Hayes publicó un largo post en Facebook al respecto, y como nos gustó, le pedimos permiso para traducirlo y publicarlo aquí. A continuación el texto:
La clave para la mente humana es comprender la comunicación simbólica humana. No se trata de una idea original –es, de hecho, un lugar común. Pero resulta que es algo endiabladamente difícil de hacer.
Y no es que no se haya intentado, por cierto. Si escribes las palabras “humano” y “lenguaje” en Google Scholar vas a obtener más de tres millones de resultados. Algunas de las teorías afirman que el lenguaje es aprendido, pero no han podido especificar cuál sería el proceso de aprendizaje; como resultado, no surge de ellas ningún programa aplicado, potente y comprehensivo.
Algunas de las teorías afirman que el lenguaje es innato, pero irónicamente no han podido especificar un proceso evolucionariamente plausible por el cual surjan. Chomsky es un ejemplo notable. Su aproximación a las bases evolutivas del supuestamente innato Aparato de Adquisición de Lenguaje fue descartar las preguntas respecto a su evolución como “absurdas” (1968, p. 61).
Teoría de Marco Relacional (RFT) ofrece una nueva manera de avanzar, y la comunidad científica está comenzando a notarlo. RFT afirma que el lenguaje es aprendido, pero que no se basa en asociaciones, sino en relaciones. Es una idea tan simple que resulta difícil de creer que sea nueva –pero así parece.
Utilizando una metáfora, el lenguaje es más como la foto de una familia grande que una estructura construida con piezas para armar (NdT: se refiere a Tinker Toys, similares a piezas de Lego).
Las asociaciones se basan basadas en la similitud formal o en la co-ocurrencia en el tiempo y espacio, y en los modelos animales las asociaciones son predominantemente unidireccionales (el condicionamiento inverso es débil).
Esto no es así con las relaciones. Las relaciones son siempre mutuas y combinatorias. Si sé que Sue es la tía de Jessie, y que Frank es el hermano de Jessie, conozco todas las relaciones entre los tres. Las relaciones así entendidas no están basadas ni en la forma, el tiempo, o el espacio. Sue puede ser más joven que Jessie. Frank puede estar casado con George. Primos distantes pueden vivir en la misma ciudad, y personas viviendo en costas opuestas del país pueden tener un matrimonio a distancia. La apariencia, el espacio, y el tiempo, no son suficientes para desentrañar una foto familiar.
No estoy utilizando arbitrariamente las relaciones familiares como arquetipo. Si te preguntara acerca de “tus relaciones”, es exactamente lo que responderías, y es un ejemplo particularmente adecuado porque el enmarcamiento relacional comenzó como conducta social.
La vinculación mutua probablemente evolucionó porque la selección multinivel estableció a los humanos como primates sociales, con altos niveles de cooperación, referencia social, y habilidades no verbales de Teoría de la Mente. Esto permitió que un oyente completara la vinculación mutua de una relación característica entre un objeto y un sonido (lo cual es común entre animales de todo tipo), al proporcionar al hablante ese objeto al escuchar el sonido (Hayes & Sanford, 2014).
La investigación en RFT está explotando, con ritmos de publicación en los últimos siete años que son mil veces más altos que en sus primeros veinticinco años de existencia. Finalmente, la ciencia mainstream lo está notando. El 3 de junio, la revista New Scientist (una de las publicaciones internacionales populares en ciencia), publicó un artículo escrito por Freddy Jackson Brown y Nic. Hooper (pp.36-39), titulado “Reglas Habladas”, que describe el debate entre Skinner y Chomsky. Luego ilustra cómo RFT comenzó a partir de las semillas plantadas por Murray Sidman, desarrollándose en un abordaje comprehensivo del lenguaje y cognición de los seres humanos.
Luego de exponer lo básico de RFT y describir nueve tipos de enmarcamiento, el artículo concluye:
“Si RFT está en lo correcto, Skinner tenía razón a fin de cuentas –más o menos. El lenguaje es efectivamente aprendido, aunque no en la forma en que originalmente lo concibió. No necesitamos habilidades innatas tales como una gramática universal para dar cuenta de la generatividad del lenguaje, sino que es el producto de una habilidad aprendida, generalizada –y exclusivamente humana- de responder a relaciones simples entre estímulos. La damos por sentada, pero es presumiblemente lo que nos hace humanos”
La habilidad aprendida de crear relaciones. En mi opinión, esas seis palabras apuntan a la clave de la mente humana. Interactuamos con el mundo con un pequeño conjunto de habilidades de enmarcamiento relacional –tales como coordinación, distinción, oposición, comparación, espacial, deíctico, temporal, jerárquica y causal. Esas habilidades son la fuente de nuestros mayores logros y de muchas de nuestras miserias. Los terapeutas pasan sus vidas ayudando a otros a navegar las redes que esas habilidades de enmarcamiento crean, y RFT puede ser usado para hacerlo de manera cuidadosa (Villatte, Villatte, and Hayes, 2015). RFT puede ser utilizada ahora para fomentar el aprendizaje del lenguaje, o para medir sesgos implícitos. Treinta y dos años luego de su creación en 1985, RFT está lista para desafiar abordajes previos.
Tener estas ideas publicadas en un medio muy popular es un paso adelante, pero es más importante mantener la mirada en la clave para la mente humana.
Pueden acceder al artículo entero aquí, aunque requiere un pago: https://www.newscientist.com/article/mg23431280-200-spoken-rules/
Steven C. Hayes
Espero que les haya gustado. Si quieren leer algo más sobre RFT, hace algunos años publicamos una introducción aquí mismo, o pueden leer este otro artículo sobre como RFT da cuenta de las asociaciones implícitas utilizando el IRAP, o este otro, sobre las relaciones entre los términos de ACT y RFT.
Agradecemos a Steve por prestarnos el texto, y nos leemos la próxima.
Referencias
Chomsky, N. (1968). Language and mind. New York: Harper and Row.
Hayes, S. C. & Sanford, B. (2014). Cooperation came first: Evolution and human cognition. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 101, 112-129. doi: 10.1002/jeab.64
Villatte, M., Villatte, J., & Hayes, S. C. (2015). Mastering the clinical conversation: Language as intervention. New York: Guilford.
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