El impacto de la vida personal del terapeuta en la alianza terapéutica

Hace un tiempo Paula publicó un artículo en el que se enumeraban una larga serie de factores que hacen que el juicio clínico del terapeuta sea poco fiable a la hora de evaluar la eficacia de las psicoterapias. Si no lo han leído, se los recomiendo calurosamente. En resumidas cuentas, lo que dice es lo siguiente: los terapeutas estamos en la peor posición posible para juzgar la eficacia de lo que hacemos en la terapia.

Ahora bien, hace poco me encontré con un artículo que sugiere que no sólo juzgamos mal la eficacia de lo que hacemos, sino que nuestra evaluación sobre la calidad de la relación terapéutica puede estar afectada por cómo nos está yendo fuera de la terapia.

Calidad de vida (del terapeuta), y la alianza

El estudio en cuestión es de Nissen-Lie, Havik, Høglend, Monsen, y Rønnestad (2013). Como notarán por los apellidos, es un estudio hecho en Noruega. Las preguntas de investigación que se plantearon fueron en esta línea: ¿de qué manera la calidad de vida de los terapeutas impacta en la alianza terapéutica? ¿Mejora la alianza terapéutica cuando el terapeuta está satisfecho con su vida personal? ¿Empeora cuando no?

Ahora bien, lo más interesante de este estudio es que evaluaron la alianza tanto desde el punto de vista de los terapeutas como desde el punto de vista de sus pacientes.

Para esto tomaron datos un estudio naturalista de psicoterapia, el  Norwegian Multisite Study of the Process and Outcome of Psychotherapy (NMSPOP), un proyecto longitudinal de investigación en Noruega sobre los procesos y resultados de la psicoterapia, que evalúa muchos aspectos del procesos psicoterapéutico y del cual hasta hoy han salido 22 tesis e investigaciones (incluyendo esta que estamos glosando). Para este estudio tomaron una sub-muestra de 227 pacientes, con diagnósticos variados, y los 70 terapeutas que los atendieron durante una media de 74 sesiones.

Los investigadores evaluaron la calidad de vida de los terapeutas utilizando la subescala de calidad de vida de una herramienta comprehensiva llamada Development of Psychotherapists Common Core Questionnaire (DPCCQ; Orlinsky, Schroder, Rennestad, & Parks, 1999), y evaluaron la calidad de la alianza terapéutica utilizando el Working Alliance Inventory (WAI; Horvath & Greenberg, 1989), un inventario sobre la alianza terapéutica que tiene una versión para el paciente (WAI-P), y una versión para el terapeuta (WAI-T). Las evaluaciones se hicieron de manera periódica: la primera en la sesión 3, luego en la sesión 12, luego en la 20, y siguieron evaluando cada 20 sesiones.

Lo que permitió este diseño es seguir la calidad de vida de los terapeutas y ver qué impacto tendría la misma en la fortaleza de la alianza terapéutica, ya sea puntuada por los terapeutas o por los pacientes.

Resultados

Los resultados fueron interesantes: la alianza terapéutica fue afectada negativamente por la mala calidad de vida del terapeuta, pero sólo desde el punto de vista de los pacientes. Desde el punto de vista de los terapeutas, su mala calidad de vida no tuvo impacto en la alianza terapéutica. Es decir, los terapeutas no registraron que su mala calidad de vida deteriorase la relación terapéutica, pero sus pacientes sí.

Por el otro lado, cuando la calidad de vida de los terapeutas fue buena, éstos tendieron a puntuar mejor la alianza terapéutica, pero los pacientes en cambio, no lo registraron así.  Es decir que para los pacientes, que el terapeuta tenga buena calidad de vida no impactó positivamente en la alianza terapéutica, pero los terapeutas creyeron erróneamente que sí, que la alianza terapéutica era más sólida en esos momentos.

Digámoslo de otra manera: cuando el terapeuta lo está pasando mal, la alianza con sus pacientes se resiente sin que el terapeuta lo perciba. Cuando el terapeuta la está pasando bien, en cambio, tiende a pensar que la alianza está mejor, pero para los pacientes esto no es así. Si me disculpan lo bestia, podemos ponerlo rudimentariamente de manera gráfica:

 Buena calidad de vida del terapeutaMala calidad de vida del terapeuta
Evaluación de los terapeutas“La alianza está muy bien”“La alianza está como siempre”
Evaluación de los pacientes“La alianza está como siempre”“La alianza está mal”

(no se tomen esta tabla muy en serio, es sólo una representación horriblemente simplificada de los resultados)

Los autores especulan que probablemente estos resultados se deban a que los pacientes perciben mejor los efectos de la mala calidad de vida del terapeuta en pequeños signos de desinterés, rechazo, o desconexión; en cambio, cuando el terapeuta tiene buena calidad de vida tiende a ser optimista y sobreestimar lo buena que es la alianza terapéutica (viendo la la vida en rosa, digamos).

Cerrando

El estudio tiene algunas limitaciones metodológicas, entre ellas que la mayoría (78.3%), de los terapeutas de este estudio fueron de orientación psicodinámica, por lo cual quizá estas conclusiones no se apliquen a otras orientaciones –aunque vale la pena considerar que la supervisión en la cual suelen insistir estos modelos no eliminó ni el peso de la vida personal del terapeuta en la alianza ni el sesgo en la evaluación.

Hay varias sugerencias clínicas que se podrían hacer a partir de este estudio, y de todas las posibles, me quedo con esta: desconfíen de su intuición clínica.

Les puede parecer que todo va estupendamente con sus pacientes, cuando en realidad lo sobreestiman porque tienen una buena racha en su vida personal. Así que por un lado, no se tengan tanta fe cuando estén bien. Por otro lado, sus momentos vitales negativos pueden impactar negativamente la alianza terapéutica sin que ustedes lo perciban, así que si están pasando por un momento difícil, estén especialmente atentos a cómo responden en sesión, a señales sutiles de evitación, de desconexión u hostilidad.

En las próximas semanas vamos a seguir recorriendo algunas de las investigaciones del NMSPOP sobre la alianza terapéutica, nos leemos la próxima!

Referencias

Horvath, A. O., & Greenberg, L. S. (1989). Development and validation of the Working Alliance Inventory. Journal of Counseling Psychology, 36(2), 223–233. http://doi.org/10.1037/0022-0167.36.2.223

Nissen-Lie, H. A., Havik, O. E., Høglend, P. A., Monsen, J. T., & Rønnestad, M. H. (2013). The contribution of the quality of therapists’ personal lives to the development of the working alliance. Journal of Counseling Psychology, 60(4), 483–495. http://doi.org/10.1037/a0033643

Orlinsky, D., Schroder, T., Rennestad, M. H., & Parks, B. (1999). Development of psychotherapists: Concepts, questions, and methods of a collaborative international study. Psychotherapy Research, 9(2), 127–153. http://doi.org/10.1080/10503309912331332651

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